Fin del primer trimestre escolar con mascarilla

Fin del primer trimestre escolar con mascarilla

Cuando se acerca el final del año, tenemos por costumbre hacer balance de lo acontecido y enmendar lo posible con nuevos propósitos. Este año, por ser diferente, destaca hasta por esto, porque lo vemos tan envuelto en la pesadumbre que nos impulsa hacia adelante a modo de anteojeras. Sin embargo, quizás es más necesario que nunca ver de dónde venimos para mejorar hacia dónde vamos. Ha sido un año de angustia, incertidumbre y de mucho trabajo, pero también de experiencias reconfortantes y, entre las mejores, el volver a tener a nuestro alumnado en clase.

Si tuviéramos que ponerle título al año podría llamarse El año en el que las asignaturas se hicieron realidad: los nuevos conceptos nos han inundado, como el de cuarentena, pandemia, COVID, telemático o alternancia, y nunca resultó tan importante comprender los textos instructivos; hacer las cuentas nos ha servido para descifrar cómo avanzaba la enfermedad en nuestro municipio y, obligados, hemos aprendido las fronteras de nuestra geografía; nos hemos chocado con los valores verdaderamente importantes y para sobrevivir encerrados hay quien ha acudido a la fe, quien se ha hartado de abdominales o quien se ha refugiado en el arte; hemos ingeniado artilugios de todas las maneras para que nuestro viejo edificio se adaptara a las nuevas necesidades; y, sin duda, la biología nos ha rodeado, pero la física nos ha descubierto protecciones como la distancia o la retención de partículas en una mascarilla; aunque será la química la que nos salve con su nueva vacuna y así conseguiremos seguir haciendo historia.

Afirmar que este año ha sido positivo es negar la crudeza de la pandemia, pero no es justo quedarnos con que solo hemos perdido. Desde marzo hasta ahora, alumnado, familias y profesorado nos hemos convertido en una piña para hacer de nuestro centro un lugar lo más seguro posible para todos, nos hemos adaptado y reinventado para seguir viviendo.

Las crisis son grandes explosiones, pera tras ellas se abren tantos caminos como queramos imaginar. Nos toca seguir andando, eligiendo cuál de estas sendas queremos construir, pero ya vamos con una tarea hecha: donde hay unión, ilusión y amor no pueden más que salir rutas bellas.

El IES San Antonio os desea una feliz Navidad y un próspero año nuevo

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